Disponible la “Antología personal” de Pablo Milanés. Detalles aquí 👉

oficina@milanespablo.com

Querido Pablo
Discografía

Querido Pablo

1985

Descargue este disco aquí

Acceda al contenido de este disco desde diversas plataformas digitales de distribución de música.

TEMAS DEL DISCO

1 – Canción o [De qué callada manera] (Nicolás Guillén – Pablo Milanés) *con Ana Belén

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)

En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

2 – Son de Cuba a Puerto Rico (Pablo Milanés)

Cuando se alzó mi bandera
la tuya lo haría igual,
y fue esa vez la primera
que juntos quisimos volar.
Más tarde una voz amada
gritó con mucha razón:
“Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas”.*

Puerto Rico, ala que cayó al mar,
que no pudo volar,
yo te invito a mi vuelo
y buscamos juntos el mismo cielo.

Condiciones que no tienen
que ver con tirar un tiro
nos abrieron el camino
mientras a ti te detienen.
Esta tarea inconclusa
tenemos que terminar,**
pues quieren ver el final
todos los muertos de ambos.
Por donde salgas, yo salgo,
siempre te voy a apoyar.

Siguiendo el mismo camino
nos volvemos a encontrar
para juntos reclamar
que se cambie tu destino.
Y si acaso le negaran
lo que por fuerza es de usted,
yo lo invito a volar esta vez
con el machete en las alas.

* La ”voz amada” era la de la poetisa portorriqueña Lola Rodríguez de Tió (1843-1924) que en su poema ”Cuba” proclama que ”Cuba y Puerto Rico son / de un pájaro las dos alas; / reciben flores y balas / sobre el mismo corazón.”

** Sara González canta: “debemos de terminar”.

(1975)

3 – Yo no te pido (Pablo Milanés) *con Miguel Ríos

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tu quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar,
el futuro algún día llegará
y del presente
que me importa la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas, no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

4 – Pobre del cantor (Pablo Milanés)

Pobre del cantor de nuestros días
que no arriesgue su cuerda
por no arriesgar su vida.
Pobre del cantor que nunca sepa
que fuimos la semilla
y hoy somos esta vida.

Pobre del cantor que un día la historia
lo borre sin la gloria
de haber tocado espinas.
Pobre del cantor que fue marcado
para sufrir un poco
y hoy está derrotado.

Pobre del cantor que sus informes
le borren hasta el nombre
con copias asesinas.
Pobre del cantor que no se alce
y siga hacia adelante
con más canto y más vida.

Pobre del cantor que no halle el modo
de tener bien seguro
su proceder con todos.
Pobre del cantor que no se imponga
con su canción de gloria,
con embarres y lodo.

(1967-1968)

5 – Cuánto gané, cuánto perdí (Pablo Milanés)

Dónde estarán los amigos de ayer
la novia fiel que siempre dije amar.
Dónde andarán mi casa y su lugar
mi carro de jugar, mi calle de correr.
Dónde andarán la prima que me amó
el rincón que escondió, mis secretos de ayer.

Cuánto gané, cuánto perdí,
cuánto de niño pedí,
cuánto de grande logré
qué es lo que me ha hecho feliz
qué cosa me ha de doler.

Si era vivir la infancia
con el ansia de todo saber
pues el saberlo todo y con nostalgia
ver lo que se fue.

Dónde estarán, a un lado de mi piel
los guardo bien y a veces brotarán
y endulzaran un brusco acontecer
llenándome de miel que muchos libarán.
Me lanzarán al viento
y a mi tiempo me retornarán
vendré feliz y fresco
para siempre sé donde estarán.

6 – Yo pisaré las calles nuevamente (Pablo Milanés)

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.

Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.

Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.

Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

(1974)

7 – Amo esta isla (Pablo Milanés)

Amo esta isla, soy del Caribe
jamás podría pisar tierra firme,
porque me inhibe.

No me hablen de continente
que ya se han abarrotado,
usted mira a todos lados,
y lo ve lleno de gente,
no es que tanto me moleste,
pero pocos son de allí,
se fueron de allá, de aquí,
y hoy arrastran esa pena,
de sentirse entre cadenas,
que es lo que me pasa a mí.

El que nació en el Caribe,
goza de una facultad,
al sentir su libertad,
se identifica y la vive,
al cambiar la que lo inhibe,
por su mar, por su palmera,
una eterna primavera,
o un sol que entra en su piel,
va sintiendo que no es él
y pierde hasta su bandera.

(1980)

8 – El tiempo, el implacable, el que pasó (Pablo Milanés) *con Luis Eduardo Aute

El tiempo, el implacable, el que pasó,
siempre una huella triste nos dejó,
qué violento cimiento se forjó
llevaremos sus marcas imborrables.

Aferrarse a las cosas detenidas
es ausentarse un poco de la vida.
La vida que es tan corta al parecer
cuando se han hecho cosas sin querer.

En este breve ciclo en que pasamos
cada paso se da porque se sienta.
Al hacer un recuento ya nos vamos
y la vida pasó sin darnos cuenta.

Cada paso anterior deja una huella
que lejos de borrarse se incorpora
a tu saco tan lleno de recuerdos
que cuando menos se imagina afloran.

Porque el tiempo, el implacable, el que pasó,
siempre una huella triste nos dejó.

(1974)

9 – Canción por la unidad latinoamericana (Pablo Milanés)

El nacimiento de un mundo
se aplazó por un momento,
un breve lapso del tiempo,
del universo un segundo.

Sin embargo parecía
que todo se iba a acabar
con la distancia mortal
que separó nuestras vidas.

Realizaron la labor
de desunir nuestras manos
y a pesar de ser hermanos
nos miramos con temor.

Cuando se pasaron los años
se acumularon rencores,
se olvidaron los amores,
parecíamos extraños.

Qué distancia tan sufrida,
qué mundo tan separado,
jamás se hubiera encontrado
sin aportar nuevas vidas.

Esclavo por una parte,
servil criado por la otra,
es lo primero que nota
el último en desatarse.

Explotando esta misión
de verlo todo tan claro
un día se vio liberado
por esta revolución.

Esto no fue un buen ejemplo
para otros por liberar,
la nueva labor fue aislar
bloqueando toda experiencia.

Lo que brilla con luz propia
nadie lo puede apagar.
Su brillo puede alcanzar
la oscuridad de otras cosas.

Qué pagará este pesar
del tiempo que se perdió.
de las vidas que costó,
de las que puede costar.

Lo pagará la unidad
de los pueblos en cuestión,
y al que niegue esta razón
la Historia condenará.

La Historia lleva su carro
y a muchos nos montará,
por encima pasará de aquel
que quiera negarlo.

Bolívar lanzó una estrella
que junto a Martí brilló.
Fidel la dignificó
para andar por estas tierras.

(1975)

10 – Quien me tienda la mano al pasar (Pablo Milanés)

Recuerdo el día exacto en que te conocí;
iba pegado al cielo y apenas te sentí.
Me descubriste todo de una vez
y hacia tu mano abierta me lancé.

En toda una persona, hube de cambiar;
gente respetable para acometer,
todo un horario fijo para andar,
un diario y la mesa lista: a envejecer.

Era el perfecto aburrido fragor
de una búsqueda al centro del sol
quemando mi muerte.

Después, con los hechos cotidianos fue
que nos proyectamos para hacernos tres.
En la esperanza del que iba a nacer,
mis frustraciones todas las volqué.

Mientras que los hechos hubo que forzar,
todo este triste mundo tendió a fracasar.
Lo único estable es la felicidad,
que no se compra ni se da en caridad.

Era la alegría de un pájaro gris,
con su canto pidiendo morir
porque estaba preso.

Ahora, junto al cielo me voy a quedar;
quien me tienda una mano al pasar*
comparte mi suerte.

* La versión citada es la del disco ”El hombre de Maisinicú”. En las versiones posteriores dice “quien me tienda la mano al pasar”.

(1970)

11 – La vida no vale nada (Pablo Milanés) *con Chico Buarque

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

La vida no vale nada
si yo me quedo sentado
después que he visto y soñado
que en todas partes me llaman.

La vida no vale nada
cuando otros se están matando
y yo sigo aquí cantando
cual si no pasara nada.

La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga.

La vida no vale nada
si ignoro que el asesino
cogió por otro camino
y prepara otra celada.

La vida no vale nada
si se sorprende a mi hermano
cuando supe de antemano
lo que se le preparaba.

La vida no vale nada
si cuatro caen por minuto
y al final por el abuso
se decide la jornada.

La vida no vale nada
si tengo que posponer
otro minuto de ser
y morirme en una cama.

La vida no vale nada
si, en fin, lo que me rodea
no puedo cambiar cual fuera
lo que tengo y que me ampara.

Y por eso, para mí,
la vida no vale nada.

(1975)

12 – Años (Pablo Milanés) *con Mercedes Sosa

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

Pasan los años,
y cómo cambia lo que yo siento;
lo que ayer era amor
se va volviendo otro sentimiento.
Porque años atrás
tomar tu mano, robarte un beso,
sin forzar un momento
formaban parte de una verdad.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de temor.

Vamos viviendo,
viendo las horas, que van muriendo,
las viejas discusiones se van perdiendo
entre las razones.
A todo dices que sí,
a nada digo que no,
para poder construir la tremenda armonía,
que pone viejos, los corazones.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

(1975)

13 – No me pidas (Pablo Milanés)

No me pidas
que a todo diga que sí, que te cansarás.
Ya no tiro
mi rienda al viento hasta el final.

No me aguantes,
si ves que puedo arriesgar mi seguridad;
tierra abajo
podré tenerla, y va a llegar.

Esta aparente ingenuidad
sin pretensiones, sí, es mi verdad.

De mis huesos,
que hagan un polvo dorado de amanecer;
ni la muerte
que me sorprenda sin querer.

Lo anhelado,
a veces te hace mirar hasta trascender,
lo logrado,
te ve sentado descender.

Un culto pleno a la verdad
vale mil años más que claudicar.

No me pidas
que a todo diga que sí, que te cansarás.
Ya no tiro
mi rienda al viento hasta el final.

14 – Para vivir (Pablo Milanés) *con Amaya Uranga

Muchas veces te dije que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien,
Que a esta unión de nosotros
le hacia falta carne y deseo también,

Que no bastaba que me entendieras
y que murieras por mí,
Que no bastaba que en mi fracaso
yo me refugiara en ti,

Y ahora ya ves lo que pasó
al fin nació, al pasar de los años,
el tremendo cansancio que provoco ya en ti,
Y aunque es penoso lo tienes que decir.

Por mi parte esperaba
que un día el tiempo se hiciera cargo del fin,
si así no hubiera sido
yo habría seguido jugando a hacerte feliz,

Y aunque el llanto es amargo piensa en los años
que tienes para vivir,
que mi dolor no es menos y lo peor
es que ya no puedo sentir,

Y ahora tratar de conquistar
con vano afán ese tiempo perdido
que nos deja vencidos sin poder conocer
eso que llaman amor para vivir.
Para vivir…

(1967)

15 – Amor (Pablo Milanés) *con Víctor Manuel

No te pido que te cuides
esa delgadez extrema,
sólo pido que me mires
con esa mirada buena.

Tus ojos no son luceros
que alumbran la madrugada
pero si me miran siento
que me tocas con tus manos.

Tus manos no son hermosas
no veo estilo en tus dedos
pero qué humanos reposan
si se enroscan en tu pelo.

Tu pelo ya sin color
sin ese brillo supremo
cuida y resguarda con celo
lo que cubre con amor.

Tu cerebro porque piensas
porque es tu clave y motor
va generando la fuerza
que me hace humano y mejor.

Cuerpo, manos, ojos, pelo,
carne y hueso inanimados
que cobran vida
y por eso quiero vivir a tu lado.

(1975)

16 – Te quiero porque te quiero (Pablo Milanés)

Te quiero porque te quiero
con esta sentencia
quiero abrirme de corazón.
Si el amor en mi opinión
es dar todo lo que anhelo
te quiero con más razón.

Para amar no hay que jugar
todo el tiempo a filosofar
me fue preciso incorporar
lo que soné, lo que viví,
y que te ha hecho salir de mí
y va hacia ti.

Yo te miro cual canción
que inspira una revolución,
tú me ves como una flor
que al conjugar, yendo a pensar
la maravilla que ha echado
a andar, poderte amar.

También te quiero así,
con mis dolores, mis frustaciones,
vivo junto a ti.
Sufriendo unidos crecen los amores
odiaste lo más fácil para mí.

No creo que tu belleza se marchite
si el peso de los años procuró
que otra belleza borre lo más triste
sólo lo más auténtico quedó.
Vamos a ver.

17 – El breve espacio en que no estás (Pablo Milanés)

Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad.
En la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio
en que no está.

Todavía yo no sé si volverá,
nadie sabe al día siguiente lo que hará.
Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio
de lo que da.

Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar.

Todavía no pregunté “¿te quedarás?”.
Temo mucho a la respuesta de un “jamás”.
La prefiero compartida
antes que vaciar mi vida.
No es perfecta, mas se acerca
a lo que yo, simplemente, soñé.

(1984)

18 – Si el poeta eres tú (Pablo Milanés)

Sí el poeta eres tú
–como dijo el poeta–,*
y el que ha tumbado estrellas
en mil noches
de lluvias coloridas eres tú,
¿qué tengo yo que hablarte, Comandante?

Si el que asomó al futuro su perfil
y lo estrenó con voces de fusil
fuiste tú, guerrero para siempre, tiempo eterno,
¿qué puedo yo cantarte, Comandante?

En vano busco en mi guitarra tu dolor
y en mi jardín ya todo es bello, no hay temor,
¿qué puedo yo dejarte, Comandante,
que no sea cambiar mi guitarra por tu suerte,
o negarle una canción al sol,
o morir sin amor?

¿Qué tengo yo que hablarte, Comandante,
si el poeta eres tú?
–como dijo el poeta–,
y el que ha tumbado estrellas
en mil noches de lluvias coloridas eres tú,
¿qué tengo yo que hablarte, Comandante?

* Alusión al poeta y escritor cubano Miguel Barnet que en su poema “Che” (1967) dice “No es que yo quiera darte / pluma por pistola / pero el poeta eres tú.”.

19 – Tengo (Nicolás Guillén – Pablo Milanés)

Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mí país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.

Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener,
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yatch,
sino de playa en playa y de ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.

Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.

20 – Homenaje (Pablo Milanés)

Dónde yo nací, ¡eh!
dónde me crié,
dónde me formaron, caramba
cómo vine aquí.

“Los cinco picos” fueron
mi bautizo de fuego
debo confesar, caramba
que para mí eso era un juego.

Pero después se terminó
se fue mi adolescencia
porque con mi “cuatro bocas”
se reafirmó mi conciencia.

En el centro de la Isla
enfrenté al enemigo
me sobraban razones
para haberme curtido.

Mi gran amor y otros amores
fueron mi gran conquista
entre familia y patria
me llenaban de dicha.

Pero fue que una dicha mayor
me obligaba a marchar
acaso algún dolor
algo iba a desgarrar,
mas siempre fue mejor luchar.

Los años que han pasado
definieron mi suerte
la vida que he llevado
tiene un poco de muerte.

Termino aquí, renazco allá,
y en un corto saludo
la patria me visita
y otra vez quedo mudo.

Quizás el tiempo pueda decir
si al fin regresaré,
y lo pienso en inglés,
acaso en español,
lo grito hasta en francés:
¿quién soy?.

Un homenaje
para tu ausencia
lo llenas todo
con tu presencia.

(1981)